

Una pregunta que seguro, más de uno se ha planteado alguna vez.
La respuesta es ¡MANTEQUILLA! ¿Y por qué?
Pues el principal motivo es porque la margarina es una de esas famosas y terribles grasas conocidas como TRANS. Las que se utilizan también en bollería y pastelería. Se consiguen mediante un proceso llamado hidrogenación, que lo que hace, básicamente, es cambiar la posición molecular de la grasa.
¿Y para que se hace esto, si es malo para la salud? Por dos motivos:
1 – Convierte una grasa (en nuestro caso aceite de girasol) en maleable, consiguiendo de esta manera el mismo efecto que se obtendría al utilizar mantequilla en repostería, pero a un precio muchísimo más barato.
2- Alarga la vida útil del alimento, haciéndolo menos vulnerable a la rancidez.
Es un hecho irrefutable que este tipo de grasas aumentan el colesterol LDL, porque bloquean su conversión a HDL, y los Triglicéridos. (AH, 2015) (Gillman MW, 2015).
Pero aquí no acaba la historia. Este proceso de hidrogenación lleva a cabo la formación de un residuo conocido como malondialdehído. Un componente altamente mutagénico = cáncer.
Pero si te parece poco, hay más. Este malondialdehído también se crea cuando llevamos aceites a altas temperaturas, es decir, cuando se fríe con aceite de girasol o aceite vegetal.
Por tanto, RECAPITULEMOS:
- Entre margarina y mantequilla; MANTEQUILLA, por favor.
Es cierto que la mantequilla es una grasa saturada y contiene colesterol de forma natural. Sin embargo, cada vez más estudios están demostrando y desmintiendo que estas hayan sido las causantes de enfermedades cardiovasculares. (Siri-Tarino et al., 2010)
¿Cómo es posible que sigan incrementando las cifras de muerte por hipertensión o cardiopatías coronarias si llevamos décadas consumiendo tan solo entre un 10-15% de grasas, según las recomendaciones? Estas teorías y estudios defienden que a raíz de esto hemos incluido en nuestras dietas alimentos “Light”, de los cuales se le ha quitado o reducido parte de su contenido en grasa, pero para hacerlo más sabroso para el consumidor se les ha añadido azúcar. Además la tendencia a seguir una dieta baja en grasa hace que sobre-consumamos carbohidratos, precisamente refinados, lo cual lleva al mismo punto: Sobrecarga de azúcar en sangre –> resistencia a la insulina –> diabetes –> obesidad –> aterosclerosis. (BMJ 2013;347:f6340).
Como punto extra a favor de la mantequilla, es que, es alta en Ácido Butírico, el cual tiene efecto antiinflamatorio en los enterocitos (células del intestino) de lo cual se benefician personas que padecen de Enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa. (Lührs H. 2015) (Scheppach W, 2015).
Además, solo la que ha sido producida a través de vacas alimentadas de pasto aseguran alto contenido en vitamina K2, la cual también previene enfermedades coronarias. (Gast GC, 2015)
- Y para cocinar Aceite de Oliva (Virgen Extra), o mantequilla o aceite de coco, pero NUNCA, NUNCA, NUNCA, aceite de girasol o vegetal.